viernes, 24 de agosto de 2007

Dos historias para tener en cuenta

Una niña llamada Constanza
Constanza tiene 10 años y vive en una bonita urbanización de Caracas. Caracas es una de las 30 ciudades más grandes del mundo. Constanza posee todas las comodidades que pueden hacer feliz a una muchacha inteligente.Temprano en la mañana, se mete bajo la ducha. Éste es uno de los momentos del día que más le gusta. ¡Abre el grifo del agua caliente y deja que el líquido salga con abundancia!Después de un baño de 15 minutos, Constanza ha gastado unos 100 litros de agua Su madre se llama Paola. Con mucho cariño, ella hace el desayuno, el almuerzo y la cena. En un día, gasta unos 80 litros de agua preparando la comida de la familia y fregando los platos.


Un niño llamado Oumarú

Oumarú es un niño de 10 años que vive en un país africano llamado Níger. Níger es uno de los países más pobres del planeta. Aunque tiene un territorio más grande que el de Venezuela, en Níger hay apenas un lago grande y un río mediano. Del resto, sólo existen unos pocos riachuelos y pozos. El 70% del país está cubierto por el desierto del Sahara.En la pequeña aldea donde vive Oumarú no hay ningún río. Tampoco hay árboles y el aire que se respira es siempre caliente, oloroso a tierra seca. En verano, la temperatura llega a veces a 48 grados centígrados.Muy temprano, antes del amanecer, Oumarú y su mamá se levantan. Salen de la casa con unos recipientes que llevan sobre sus cabezas, sin sostenerlos con las manos.Ambos comienzan una larga caminata de 7 kilómetros, que les conduce hasta un pequeño y poco caudaloso riachuelo. Entre ida y vuelta, les toma unas 4 horas hacer la caminata bajo el ardiente sol. Cuando llegan al riachuelo se bañan y la madre aprovecha para lavar la ropa. De regreso, traen consigo los recipientes llenos con unos 6 litros de agua no potable. Con esa pequeña cantidad de líquido, cocinan los alimentos, sacian su sed, hacen tareas domésticas y se lavan en la noche.Por suerte, este año el riachuelo no se ha secado. El año anterior dejó de tener agua durante el verano. Fue una situación muy difícil. Oumarú y su mamá caminan unas 1.300 horas al año para buscar agua. En un año, consumen un poco más de 2.000 litros de agua. Al otro lado del mundo, en la moderna ciudad de Caracas, una niña llamada Constanza y su familia gastan esa misma cantidad de agua en un solo día.

Fuente: http://www.hidroven.gov.ve/Publicaciones/privilegio.html


El agua, recurso escaso.



Aunque pensemos que sí, el agua del planeta no es inagotable, tampoco se distribuye en forma equitativa por todas las regiones del planeta y mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca es abundante, en otros es un recurso escaso debido a la falta de agua o a la contaminación de sus fuentes.
La población humana aumenta cada día, por lo que se utiliza más cantidad, se ensucia más y se derrocha más agua.

Somos afortunados por tener agua potable al alcance de nuestra mano.
No la malgastemos